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DÍA 29/09/2020

Son las 5.39h de la madrugada y estoy como los búhos, estos dos últimos días ‘el desprecio’ está haciendo mucho ruido … Verle la cara al pesimismo estos días atrás y darme cuenta de que solo quería protegerme de no sufrir ha sido importante, si no te atreves a hacer cosas, menos cosas te dañarán y si eres pesimista no te atreves porque das por hecho que te van a salir mal. El caso es que estoy postergando trabajar el desprecio, pero sigo proyectando al respecto, culpando a los demás (proyectar es poner la responsabilidad de lo que siento y de lo que me sucede fuera de mi) y veo desprecio hasta donde no lo hay, y siento que desprecio aunque no lo haga, incluso desprecio sin darme cuenta, y al final me desprecio a mi también, sigo diciéndome cosas dañinas y evitando cosas positivas para mi. Porqué tengo pereza en esto? porqué no quiero dejar de despreciarme? que absurdo no? de que me sirve? Sí es verdad, he vuelto a soñar con él … Que lo cuente? Hace años tuve un profesor de baile muy guapo y sentía que le gustaba de algún modo, pero yo me veía gorda, como siempre aunque no lo estuviese jeje, incluso lo dije delante suyo, él me dijo que estaba muy rica y que no dijese eso, recuerdo que cuando dejé de ir se enfadó y todo. En esa ocasión reconozco que me rechacé mucho a mi misma, quizás él nunca hubiese tenido nada conmigo, aunque no había día que no me dijese algo bonito, además delante de todos y por el micro, pero yo me despreciaba siempre, me sentía menos que él, no me sentía merecedora de alguien tan bonito físicamente. Mi desprecio hacia mi misma es sobretodo en ese sentido, físicamente, en cuanto de los demás hacia mi, el mayor desprecio que siento es por lo que doy, por lo que tengo por dar, me pasa incluso con lo que escribo.

Bueno, a pesar de sentir una resistencia muy intensa, voy a trabajarlo y luego te cuento. Te puedes creer que se me despierta odio hacia mi por querer trabajar este aspecto? sin duda hay egrégores (entidades energéticas que se han formado desde nuestro plano mental y emocional y se han hecho independientes, y se alimentan de la misma energía que las creó-Inti Waka). Lo que te decía, estoy convencida de que tengo egrégores en el plano energético que se alimentan de mi energía del desprecio. Los egrégores de algún modo también nos sabotean, son muy interesantes la verdad, de hecho ya te he hablado de ellos, pero quizás en este libro no, he escrito tanto que ya me pierdo jeje. La resistencia es tan grande, que incluso es física, ha empezado a dolerme la barriga y me han entrado ganas de vomitar, esto precisamente es señal de que tengo que verlo si o si, así que no me demoro más.https://youtu.be/9yOyr2hj2X0

Muchas veces me he quejado de la doble pantalla en el móvil, de que se me ponía sola y después no sabía quitarla, otras veces la quería poner para escuchar música a la vez que hacía otras cosas y no sabía como ponerla, el caso es que últimamente sentía que ya no es que mis deseos no fuesen escuchados, sino que eran despreciados, y ha sido tan fácil como enfrentarme al ‘desprecio’ y después pedir interiormente saber como poner la doble pantalla, y al segundo se me ha revelado como hacerlo, gracias. Gracias también a Soothing Relaxation y a Peder B. Hellandhttps://youtu.be/Lp6XlsBm_Lw por su maravillosa música de piano que además de armonizar mi corazón y mi alma, me acompaña mientras escribo.

No ha sido un trabajo fácil, de hecho lo he tenido que hacer en dos veces porque me he dormido, la resistencia en el cuerpo era muy grande, al principio no paraba de moverme y de estirarme resistiéndome al dolor, los movimientos eran involuntarios, pero me he dejado fluir y me ha ido bien, porque mi cuerpo también necesitaba soltar, además de eso se me ha despertado dolor de cabeza. También he sentido deseos de masturbarme, pero solo eran otra resistencia para huir del dolor, para desviarme al placer y no sufrir, no los he escuchado. Proyectaba el desprecio, pero detrás, como imaginaba, había un problema interno: no me sentía comprendida. Lo he observado e integrado (he sentido el dolor) y me he dado cuenta de varias cosas, la primera es que ni yo me comprendo muchas veces, la segunda es que no es necesario, la necesidad de comprender y comprenderse vienen de nuevo del miedo y la inseguridad, la tercera es que aunque yo haya querido comprender siempre a los demás, muchas veces no los comprendo desde mi egoísmo, y lo digo desde la honestidad y la humildad, y la cuarta es que me he dado cuenta de que mi problema interno me ha llevado a ser complaciente en exceso, a dar en exceso, a pretender que los demás se sientan queridos, escuchados y comprendidos, y eso no está mal si se hace desde el amor, que en parte también lo he hecho desde ahí en mi dualidad consciente, pero desde mis miedos ha sido desde donde al dar para que también me quisiesen y me comprendiesen, me sentía despreciada, y ahí entraba en el bucle de la proyección. Como digo, enfrentarse a ver, a que duela, a liberar sufrimiento, no es fácil, pero es un rato y es infinitamente peor vivir con estas construcciones inconscientes que estancan tu vida, te hacen repetir y repetir bucles de sufrimiento y sobretodo culpar a los demás y a la vida de lo que sentimos y de lo que nos sucede. Esta vez el desprecio no era una protección, era una proyección a causa del problema interno, y bueno, estoy cansada, porque hay un desgaste energético en el trabajo, pero en paz y más libre que a las 5.39h de la madrugada.

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