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LEALTADES FAMILIARES (CAP. 15)

Anteayer me encontré un crucifijo en la calle, me llegó como señal pero no la supe interpretar; ayer volví a encontrarme otro prácticamente igual pero más grande, ahí ya no me quedaron dudas de que me traía un mensaje pero seguí sin saber interpretarlo; por la noche antes de dormir pedí claridad para entender y hoy han pasado una serie de cosas.

A ver por dónde empiezo… Ivan Boszormenyi Nagy fue un Psiquiatra y Psicoanalista que investigó y escribió sobre las ‘Lealtades familiares’.
Las ‘Lealtades’, lazos invisibles con nuestro clan familiar, son un mundo del que había oído hablar, de hecho hice algunas meditaciones al respecto relacionadas con mi linaje materno porque me di cuenta de que repetía patrones de mi abuela, pero no había profundizado demasiado.

«De esta forma, las lealtades familiares se convierten en potentes ‘contratos invisibles’ con nuestros antepasados, que rigen nuestra vida de manera inconsciente y hacen que repitamos patrones de conducta como lealtad a uno de nuestros progenitores o a algún miembro de nuestra familia, esté vivo o no, incluso aunque no lo hayamos conocido…
Y tú… ¿A quién y a qué eres leal?¿En qué te beneficia ser leal?¿Qué función cumple en tu vida serlo?» ataraxiaterapia.es
https://ataraxiaterapia.es/blog/que-son-las-lealtades-familiares-y-como-nos-afectan/

El otro día hice una meditación terapéutica con Tere Puig de elpuntodevistadelcuerpo.com y volvió a salir el pederasta, trabajamos sobre el cuerpo de forma orgánica y esa herida estaba en el paisaje, fue muy liberador porque pude sostenerme a mi misma desde la totalidad de mi cuerpo, además de darme cuenta de que en situaciones difíciles, seguía buscando fuera de mi el abrazo físico que me dio mi madre en aquel momento y también pude abrazarme a mi misma físicamente con una técnica de Tere de un modo increíble… El caso es que he vuelto a repetir la meditación y esta vez he visto algo que me ha sorprendido mucho, mis kilos de más eran parte de una ‘Lealtad Familiar’ en la que había un vínculo de tristeza muy grande, forjado en mi niñez, hacia dos personas de mi familia paterna muy queridas; de niña sabía que ellos sufrían por sus kilos de más y me apenaba aunque no fuese consciente de ello; hoy soy consciente de que nunca he soltado esa tristeza, ella es otra de las causas de mis kilos, no podía deshacerme de ellos porque tampoco me había deshecho de esa tristeza sumada a la de ellos, también a su vergüenza y a su autorechazo; una tristeza, vergüenza y autorechazo que habitaban en mi sombra, increíble… Curiosamente cada vez que me miraba al espejo últimamente, después de la terapia de Javier Herrera y de dejar de castigarme, pensaba en esas personas al mirarme, mi imagen me recordaba totalmente a la de ellas y sentía tristeza inevitablemente, ahora lo entiendo todo. Estoy convencida de que no solo podemos repetir patrones de conducta como ‘Lealtad Familiar’, sino que podemos adoptar patrones emocionales negativos de nuestras personas queridas quedándonos vinculados a ellas por una impronta emocional intensa de dolor.
Además de guardarme mi tristeza hacia ellos por el amor incondicional de la niña, me había responsabilizado inconscientente de su sentir de algún modo; de hecho orgánicamente estaba impreso en mis hombros además de en mi abdomen, que era la principal zona afectada por su dolor igual que la mía, lo he sentido en la meditación, y los hombros están asociados a las cargas por responsabilidad en Jin Shin Jyutsu.

Ahora ya veo claramente el significado de las señales, igual que la lealtad de Jesús a Dios trajo mucho sufrimiento a su vida, mis lealtades familiares traían sufrimiento a la mía.

Todo esto me ha hecho recordar una experiencia de hace años. Una vez fui a hacer una terapia y una chica me contó que había sufrido esquizofrenia durante algunos años; que a su hermana, que había fallecido joven a causa de un accidente de tráfico, se la detectaron a los 16 años y que justo a los cinco meses de la muerte de su hermana ella la había  desarrollado; también me dijo que habían pasado muchos años desde su muerte pero que ella se sentía tan triste como el día que murió. Le pregunté si ella estaba cerca de su hermana en el momento de su muerte y me dijo que estaban cogidas de la mano cuando partió, creo que sobran las palabras…

Recuerdo otros dos casos que fácilmente pueden tener que ver con las ‘Lealtades Familiares’ por vínculos de tristeza.
Una amiga que también es terapeuta, me contó el caso de una niña de 12 años que tenía síntomas de varias enfermedades pero que los médicos no daban con el problema y que por eso se la llevaron a ella; resulta que la niña estaba muy apegada a una abuela que había muerto unos meses atrás, todos sus síntomas eran idénticos a los de la enfermedad de la abuela.
El otro caso es el de una chica de 29 años que murió el año pasado de una enfermedad que suele desarrollarse en la tercera edad, los médicos se hacían cruces, no podían entenderlo. Resulta que su tío había fallecido recientemente de esa misma enfermedad y que ese tío era una de las personas más queridas de esa chica, creo que nuevamente sobran las palabras…

«Las lealtades familiares son inconscientes y lo que nos lleva a ‘aceptar’ ese contrato familiar, ese compromiso, es el Amor infantil, inconsciente, que nos vincula a nuestro clan. Nacemos a la vida con un sentimiento inconsciente de deuda hacia los que vinieron antes porque, a través de ellos, la vida se ha abierto paso hasta llegar a nosotros. Sentimos que nos han dado lo más grande que nos pueden dar, la vida, y esa deuda jamás podremos saldarla porque nosotros no podemos dar a los que nos precedieron algo de la misma magnitud que lo que ellos nos han dado. Al mismo tiempo, tenemos una necesidad primaria de pertenencia, necesitamos pertenecer a nuestro clan, a nuestra familia y esta necesidad es una necesidad biológica de supervivencia, no podríamos sobrevivir aislados, en solitario. Por tanto, esta necesidad de pertenencia es una fuerza interior muy poderosa, hasta el punto de que tomamos asuntos que un antepasado no pudo resolver o concluir en su vida y los incorporamos a nuestro destino, nos hacemos cargo de emociones y sentimientos que no nos pertenecen, por esa lealtad, por ese sentimiento de deuda y por esa necesidad de ser aceptados, de pertenecer.» angelesgarciapsicologa.com
https://www.angelesgarciapsicologa.com/lealtades-familiares-esos-lazos-invisibles-que-nos-atan-al-destino-de-los-nuestros/

Además de trabajar la compasión y el perdón por mi carga inconsciente, he integrado toda mi tristeza, la he respirado, la he sentido y la he soltado, un peso menos en la mochila…

Que cosas… acabo de ver un post que reza: «Hay personas que están, estén donde estén»…

Foto de Mikhail Nilov en Pexels

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