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BAÑO DE SONIDO (CAP. 2)

Gritos fue lo primero que escuché en el Gong de la tierra del baño de sonido al que fui el domingo. Hora y media entre cuencos de cuarzo, otros instrumentos y gongs que pusieron al descubierto, en mi corazón, el horror que viven tantas personas hermanas y que son Uno con todos en espíritu. Y que hay un alma colectiva, lo sabía en lo más profundo de mi, pero el domingo lo sentí de modo consciente y aún no tengo palabras para describir lo increíble de la experiencia.

En un momento entre las aguas del sonido, dejé de sentir mi cuerpo, eso me ha pasado muchas veces en meditación, pero me pasó algo que nunca me había pasado antes. Según David Caballero @davidsonidogong, el facilitador, es un estado de desmaterialización. El caso es que estando en ese estado, un chico de la sala tosió y mi cuerpo respondió a la tos al tiempo, como si fuese yo quien hubiese tosido, volviendo además mi consciencia corporal; volvió a toser y de nuevo mi cuerpo hizo el mismo movimiento que habría hecho si la tos hubiese sido mía. Y no es magia aunque lo parezca, nuestro ser esencial, nuestro espíritu, está totalmente unido aunque en lo humano estemos separados.

Por otro lado, el baño de sonido, es muy sanador y liberador, al fin y al cabo somos frecuencia; David nos dijo que físicamente el sonido iba donde sentía que lo necesitabamos; yo sufro de otitis desde pequeña en el oído que últimamente me ha estado dando la lata y sentí mucha actividad en dicho oído, fue como si lo estuviesen reparando. Eso sí, cada persona vive el viaje según sea su mundo interno, cada experiencia es única y personalizada, cada uno siente lo que siente y nunca mejor dicho; Noa quiso venir conmigo y su viaje fue distinto aunque en un momento dado ambas sentimos que habíamos conectado con las guerras del mundo.

Foto de cottonbro en Pexels

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