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INCOMPRENSIÓN (CAP. 24)

No puedo dejar de preguntarme ¿porqué?
Cuanto me duele no entender…
Había decidido no volver a ver a Daniel, pero somos amigos desde hace años y está pasando por una situación complicada como te dije, así que hoy le he escrito desde esa amistad y mi cariño. Han pasado diez días desde que hablamos la última vez, pero además de respetar su silencio, quería hacerlo de corazón, no por compromiso, ni desde el orgullo, por eso he dejado pasar unos días. Le he preguntado que qué tal todo y no me ha respondido y me ha dolido y mucho. ¿Qué le he hecho yo para merecer esto? no puedo dejar de proyectar en él este sentimiento de injusticia tan grande que siento, me duele y mucho. No se porqué es tan difícil que las personas sean honestas, la franqueza es importante.

El otro día me escribió otro chico, me había escrito hace tiempo, me dijo que me quería conocer y tal, como tiene bastantes años menos que yo, estaba reacia, pero está separado y con una hija de la edad de Noa y es muy respetuoso y al final le presté atención y le empecé a escribir también yo, pues ahí dejó de responderme.
A los meses me volvió a escribir varias veces, pero yo siempre le decía que ya no tenía interés, y hace unos días me volvió a escribir.

Me dijo que quería ir a caminar todos los días conmigo, hacer yoga conmigo, ver una serie también a diario conmigo, y aunque al principio estaba desconfiada, empecé a hablar bastante con él de nuevo.
Pues en cuanto le he escrito yo a él por iniciativa propia, ha vuelto a desaparecer. Así que ayer al final le escribí diciéndole: «no entiendo para qué me escribes, si cuando te presto atención ya no me respondes, en fin…»
Y ni a eso me ha respondido.

¿Estamos locos o qué? sinceramente a mi estas cosas sí me vuelven loca, te aseguro que tengo un sufrimiento interno bestial, me duele hasta decir basta. 

Fotografía de Engin Akyurt en Pexels
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