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LA CULPA (CAP. 6)

Es verdad que lo ‘bueno’ y lo ‘malo’ lo hemos definido nosotros, pero para mi la diferencia está en si algo hace que alguien sufra, incluso tu mismo. Y hago un inciso para diferenciar también el sufrimiento, si tu le das una torta a alguien le causas daño, si tu quieres tirarte en paracaídas y tu madre sufre porque tiene miedo por si te pasa algo no le causas daño.

¿Porqué digo esto? Hoy día he oído muchas veces que no debemos juzgar, que no debemos sentirnos culpable por nada, que simplemente debemos sentirnos responsables. Y por supuesto que debemos responsabilizarnos de nosotros mismos, pero yo creo que si la culpa existe es porque tiene un sentido, eso sí, hay dos tipos de culpas, como todo tiene las dos caras de la moneda.
Hay una culpa dañina, basada en la duda, que a su vez está basada en la inseguridad, la cual proviene del miedo; y hay una culpa positiva, que como toda emoción, no dura más de 90 segundos que puede ayudar a impulsar nos.

Te lo cuento con un ejemplo. Cuando era jovencita y estaba en COU, me tomé ese año a la ligera, me habían quedado dos asignaturas de tercero y las aprobé, pero suspendí todas las de COU menos francés. Mis padres siempre me consideraron buena estudiante y ese año no me dijeron nada, fueron muy comprensivos. Aún así recuerdo que sentí culpa, pero que no se instaló en mi, simplemente al año siguiente, que además había empezado a trabajar por las mañanas en la empresa de mi padre, me lo tomé enserio y me saqué el curso con notable. Suspender me hizo sufrir, escuché mi culpa para darme impulso, hice un cambio positivo y obtuve un gran resultado; me siento muy orgullosa de aquel curso.

Respecto al otro tipo de culpa, la que tiene su base en el miedo, es importante analizarla, integrarla y desprogramarla, como ya te expliqué; porque puede llevarnos a caminar por un terreno muy pesado y tortuoso.

Fotografía de Andrea Piacquadio en Pexels

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