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YA NO HAY MÁS LIANAS (CAP. 3)

Hoy es un día tan extraño como el cielo, luminoso y a la vez un tanto gris.

A veces las bofetadas de realidad, y también las de humildad, te pillan desprevenido y hoy ha tocado.Y hablando de tocar, de Toc… muchas veces he pensado que mi necesidad de análisis y control sobre el mundo interno era un tanto obsesivo pero al final llegué a la conclusión de que simplemente era mi propósito de vida, aquel plan que trazó mi alma para evolucionar en esta vida, y realmente veo que necesitaba justificarlo de algún modo aunque paradójicamente sí creo que mi alma lo contemplase, pudiendo así vivir en las dos caras de la moneda para evolucionar por un lado y además para contarlo.

Hoy se me ha revelado que me he puesto muchas veces boca abajo y del revés, como siempre digo, para trabajar mis heridas; que he sanado, liberado, integrado, recolocado, pero que no he visto mi gran cruz con claridad en todo esto, y ha sido así precisamente porque esa es mi gran carencia al final, la falta de claridad, querer analizar y controlar todo ha sido la consecuencia de la necesidad de entender mi confusión interna, una necesidad que hoy se manifiesta en todas las áreas de mi vida y que me empuja inevitablemente a soltarla, lo cual, aunque me de pánico, al final me invita a vivir en ese Ahora sostenido que tanto he perseguido todos estos años, un Ahora donde el control es imposible y la incertidumbre te abraza a cada paso, ese momento presente donde el cero es clave para vivir un día a día sin cargas del pasado y sin ansiedad por un futuro que aún no existe, en total conexión con el corazón y el alma, lo seguro se ha borrado de mi diccionario. No es sencillo la verdad, pero hoy no hay más, o aceptar que es así o el caos mental, y creo que la elección es fácil aunque cueste adaptarse a ella.

Todo se cae sin poder agarrarme a nada ni a nadie, ya no hay más lianas en mi selva…

Foto de Cottonbro en Pexels

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