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CONTRADICCIÓN (CAP. 6)

Contradicción: Incluso para ponerme a escribir la he sentido, aunque es porque realmente no se bien bien lo que quiero decir, pero bueno, aquí estoy y voy a dejarme fluir como tantas veces.

Pues quedé con Daniel, y aunque debido al confinamiento no lo he vuelto a ver, tenemos pendiente volver a quedar, el caso es que es verdad que me siento muy bien cuando estamos juntos, muy agusto, que me siento cuidada y atendida, que nos reimos mucho, es cierto que disfruto mucho sexualmente con él, pero tengo que reconocer que me siento castrada afectivamente, hay un frío en lo que tenemos que me duele, aún así, a pesar de eso, esta vez decidí seguir quedando con él centrándome en mi, enfocada en lo que yo siento, en vez de en no sentirme querida. En mi la contradicción, la lucha, es grande, mi necesidad sexual es alta, y más después de haber estado dos años sola por voluntad propia, pero por otro lado mi necesidad afectiva también es alta, y es por ese motivo por el que dejé de verlo las otras veces. Esta vez he abierto mi corazón conscientemente, he roto mis corazas y mi miedo a no ser correspondida y a ser rechazada, y he decido no autocastrarme en mi sentir, aceptando que yo si siento amor y rindiendo mi orgullo. Aunque en lo profundo siga sintiendo que no es mi compañero de vida, si lo es de un tramo, o mejor dicho de varios tramos de ella, porque esta es la cuarta vez que volvemos a vernos jeje, y vivirlo sintiendo amor sin duda es más bonito, aunque en mi contradicción una parte de mi no quiera volver a verlo nunca más.

Y es curioso pero ha sido abrir mi corazón y volver a escribirme Javier. Él es un chico al que conocí hace tres años, estuvimos hablando mucho y al final nos vimos una vez. Es guapísimo, tiene un cuerpazo, es buen chico, pasional y cariñoso y quería salir conmigo, él siempre ha querido una relación. Me ha seguido escribiendo de vez en cuando todo este tiempo, pero yo nunca he querido volver a quedar, mi excusa es que es muy joven, ahora tiene 34 años, pero si soy honesta conmigo misma, realmente no fue por eso por lo que no volví a verlo, él me declaró su amor y yo sentía frío, me despertaba cierta ternura pero no. El otro día fue distinto, nos saludamos, me preguntó como estaba y me dijo que estaba muy guapa. Charlamos un poco solamente, pero me gustó, me quedé con ganas de hablar más con él.

Sin duda no se trata del otro, siempre se trata de uno mismo, estoy convencida de que romper mis corazas con Dani, aceptar el amor en mi, sin esperar nada a cambio, ha abierto la puerta a poder sentirme querida también.

Mi pregunta desde hace tiempo es: porque siento amor por chicos fríos en algún aspecto y frío por chicos que me ofrecen su calor?

Ayer en el seminario de Shivagam, que justo hablaba del amor y de las relaciones, nos dijo que a veces tenemos miedo a amar pero que también podemos tener miedo a ser amados, y en la contemplación que hicimos me di cuenta de que sí tenía miedo a ser amada, y también vi la raiz, la causa de porqué ese miedo estaba ahí, y fue por dos experiencias de mi adolescencia. A los 14 años salí dos meses con un chico que me quería mucho pero yo no sentía lo mismo por él, y al final lo dejé y el chico se quedó muy mal; decir que en relación a esta experiencia había trabajado la culpa, pero nunca lo había visto desde este ángulo. Más tarde a los 15 años un chico también me dijo que me quería, pero a mi solo me gustaba como amigo y se lo dije, y también lo vi sufrir. Así que supongo que inconscientemente me dije: si un chico me ama lo haré sufrir, y sin saberlo he estado negándome el ser amada todos estos años, empiezo a verlo claro, así que posiblemente de ahí el frío por Javier y el calor hacía chicos con los que siento frío, esto creo que responde a mi pregunta, o al menos en parte porque esta creencia limitante no es la única que hace que mi relación con los hombres sea complicada, aunque sin duda haya influido en mi vibración a la hora de atraer chicos y sea parte activa en mis contradicciones internas.

Foto de Samuel Figueroa en Pexels

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