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GRACIAS DOLOR (CAP. 19)

Como no se como empezar a desarrollar todo esto, porque es todo un tema, valga la redundancia, voy a empezar dando las gracias al Dolor, sí Gracias…

El dolor es parte del lenguaje de nuestro cuerpo y no siempre quiere decir lo mismo aunque pueda sentirse igual.
Podemos sentir dolor como alarma porque no escuchamos algo en un momento determinado y una vez escuchado puede desaparecer; podemos sentir dolor como liberación de emociones, incluso creencias reprimidas o actitudes; y podemos sentir dolor cuando el cuerpo ya está saturado en exceso.

Creo que con ejemplos lo explicaré mejor.
El otro día no fue dolor, aunque sirve como síntoma, me quedé casi sorda de repente de un oído, busqué en biodescodificación y lo vi claro, había algo que no quería oír y sí, así era, había discutido con Noa y no quería escuchar mi inflexibilidad, yo estaba en mi razón y no me bajaba de ella porque aunque le había pedido perdón en parte, interiormente seguía molesta; escuché mi sordera, reflexioné en profundidad sobre lo sucedido, dejé de estar molesta y mi sordera desapareció ipso facto.
También recuerdo que hace años discutí con un chico y mi intuición me decía que le escribiese, que no solo podía ver mi versión, entré en conflicto conmigo misma y empezó a dolerme un pie, era por la mañana y por la noche iba con la pierna arrastras por el dolor hasta que lo escuché, volví a reflexionar y no es que justificase al chico, es que pude abrir mi mirada, así que le escribí a las 11 de la noche, a los quince minutos el dolor había desaparecido por completo.
Otro ejemplo, esta vez de dolor por liberación; en este último tiempo, con todo el trabajo interior que he estado haciendo, la liberación del autosabotaje, la toma de poder y confianza en mi… he dejado de ser tan exigente y perfeccionista conmigo misma y no me he machacado tanto; el dolor de cabeza está relacionado con eso, pues he estado tres días con un dolor de cabeza horrible pero que a su vez sentía que me liberaba de todas las tensiones acumuladas.
Y se de cierto que en este caso era liberador porque desde hace años si yo presionaba mis huesos de debajo de las cejas sentía un dolor insoportable y desde ayer, que fue el último día del dolor de cabeza, presiono y ya no me duele.

Recuerdo que una vez estuve hablando con un Quiropráctico acerca del dolor y me dijo que el cuerpo solo muestra durante el día un 15% del dolor de lo que tenemos mal porque si no no podríamos ni movernos, que por la noche el cuerpo se repara y se activa todo lo que está mal aunque no nos estemos enterando.
Con esa explicación entendí dos cosas; una, porqué muchas veces me levantaba hecha polvo y luego en cuanto me activaba ya no me dolía igual; la segunda es que pude ver que la fibromialgia podía tener mucha relación con lo que me dijo, hay dolor en varias zonas del cuerpo y cada día se manifiesta en una parte.
Fui al Quiropráctico porque tenía una contractura y no me dolía, y ya te hablé de los músculos felices, pero no era el caso, en mi caso lo extraño es que no me doliese, y ¡Voila! al recolocarme dejó de estar pinzado un nervio y entonces sí sentí dolor ¡Y qué dolor!!! incluso mucho más del que esperaba, recuperarme de aquello me costó unas cuantas sesiones muy dolorosas de Fisioterapia que sin duda agradecí, no tratarme a la larga hubiese sido mucho más perjudicial.

En cuanto a que a veces se presenta el dolor por saturación hay algo que para mí lo explica muy claramente, las escaras, el dolor está ya tan presente en el cuerpo que no hace falta apenas nada para que se manifieste, una presión contínua por postración es suficiente, tan solo la falta de irrigación sanguínea puede producir la necrosis del tejido y las curas son terribles. Sin duda para mi las escaras nos hablan de mucho más que de algo físico, yo creo que como todo dolor esconden un conflicto emocional interno que ya no puede esconderse más; además en biodescodificación cualquier problema relacionado con la sangre tiene que ver con la falta de alegría y eso también me habla de ellas. Somos lo que sentimos, manifestamos lo que sentimos.

Foto de Maria Eduarda Loura Magalhães en Pexels

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