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EQUILIBRIO (CAP. 16)

Siempre intento no proyectar, no culpar al otro, responsabilizarme de que lo que siento es solo mío, y al final muchas veces termino justificando sus acciones. Me he estado dando cuenta, de que tal vez en esta vida, si bien tengo que salvar relaciones que merecen la pena, hay otras, y no hablo de relaciones con hombres si no en general, en las que mi crecimiento personal precisamente es ser capaz de romperlas, porque cada día estoy siendo más consciente de que yo en quien más proyecto es en mi misma, a quien más culpo, a quien busco fallos es a mi, y ello me lleva muchas veces a tener cierta sumisión con respecto a los demás, y eso es algo que juega en mi contra, porque muchas veces soporto demasiado, y con esto no quiero culpar a nadie porque si soporto es porque quiero, porque yo lo permito.
Sin duda cada uno debe indagar a través del autoconocimiento que experiencias vitales quiere o necesita vivir, cuales le ayudarán a evolucionar o cuales serán beneficiosas para poner en orden sus karmas. Hoy día podemos encontrar infinidad de recomendaciones de desarrollo personal o crecimiento espiritual, pero al final nuestras respuestas están dentro de cada uno, y ni todos somos iguales, ni tenemos porqué experimentar lo mismo, de eso estoy convencida, cada uno puede vivir su propio aprendizaje.

Volviendo a mi observación, este tema fue algo que ya contemplé hace años, pero en aquel momento pasé de ceder, de justificar, de aguantar muchas cosas aunque me dañasen, a estar en el orgullo, pero ese no era el camino, actuar desde ahí endureció mi corazón y me restó autoestima.
Estoy convencida de que la autoestima de un niño no merma por lo que le hacen, aunque eso si afecta a su autoconcepto, a la opinión que uno tiene de si mismo, el maltrato, el abuso, incluso las críticas en exceso o la sobrevaloración cuando somos niños si pueden influir en nosotros porque lleva asociado un juicio de valor, y por defecto también afecta a su autovaloración, donde dicho autoconcepto podrá no estar en armonía con sus propios valores personales de adulto, porque puede haberse alejado tanto de su ser, que puede sufrir un choque entre lo que siente que es y lo que le gustaría ser, pero todo esto es otra historia.
Para mi la autoestima de un niño se pierde cuando su corazón siente feo hacia las personas que quiere. Cuando no siento amor en mi corazón dejo de apreciarme.
Una puntualización, la autovaloración también puede verse afectada por una autoestima baja: quiero apreciarme pero si mi corazón está lleno de corazas no puedo, porque no puedo sentir amor en él y eso también me aleja de quien quiero ser.

Yo necesitaba recuperar el amor en mi corazón, volver a sentir bonito, dejar de vibrar en orgullo y rabia, porque van bastante de la mano, y no me fui de nuevo al otro extremo del todo pero casi.
Hoy día me doy cuenta de que necesito vivir en el punto medio, con equilibrio en mi balanza, de forma que no me desagaste en suposiciones, pero sí siendo realista y honesta conmigo misma, sin engañarme en relación a lo que los demás dicen o hacen y siendo asertiva. Antes me costaba más por mi miedo al rechazo o mi necesidad de aprobación, pero hacer integración emocional me ha permitido ser más libre. https://www.integracionemocional.com/es/

Proyectar, culpar al otro no, pero autoproyectar y autoculparme tampoco. Ni puedo dejar de ser responsable de mi, de lo que siento, ni puedo responsabilizarme de las acciones del otro, tanto una cosa como otra es egocentrismo, si me salgo de mi centro y pongo al otro en él no permito al otro llevar su timón y mi barco va a la deriva porque al final termino sintiéndome víctima.
La asertividad es importante, me mantengo en mi lugar sin pisar ni ser pisado, con una actitud basada en el amor, que no en el orgullo, sin olvidar que amar también es soltar a veces. Yo entendí mal el concepto de asertivad la primera vez, ahora estoy dejando de estar en lucha y a la defensiva, tenía el corazón demasiado estresado, pero tampoco puedo volver a ceder como antes, porque ahora, al ser consciente, siento que me autoimpongo y vuelvo a entrar en la misma rueda, está vez sintiéndome víctima de mi misma.

Foto de Michael Judkins en Pexels

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