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CAMINO CONSCIENTE (CAP. 8)

Cuantas veces me habrán dicho que tengo que quererme más… yo sin duda me quiero en lo profundo, que para mi es lo importante, pero en mi amor siempre está incluido el otro. Dependiendo del camino de cada uno a veces es necesario poner a los demás como prioridad, aunque es paradójico, si piensas en el otro desde el amor verdadero también te tienes en cuenta a ti, porque amas desde donde todos somos Uno, además voy aprendiendo a amarme a mi misma en lo humano poco a poco, jamás me olvido de mi aunque haya personas que opinen lo contrario, cada uno sabe dentro de si mismo que experiencias ha venido a vivir. Nadie puede hablar desde sus zapatos de los zapatos del otro, ni siquiera nuestra alma, y más cuando en tantas ocasiones tus zapatos te aprietan, te van grandes, están rotos, desgastados o huelen mal. Y es simplemente una metáfora, pero es así, la tendencia al juicio está a la orden del día, incluso dentro de nosotros mismos, y como dice Shivagam a veces desde nuestro Yo humano tenemos que enseñarle a nuestro Yo espiritual como se vive en la Tierra, curioso no?

Recuerdo mis inicios en el camino consciente, han pasado ya 21 años. Siempre he sentido que de algún modo fue un renacimiento, una Gloria llena de heridas y carencias afectivas murió y nació otra Gloria autoconsentida, aunque al principio no lo sabía, que se sintió mimada y protegida por el Universo. La primera siempre vivió desde las buenas intenciones pero también desde la ignorancia y el miedo, y la segunda desde el amor al inicio y desde la rabia y el orgullo después. La primera se desfragmentó en mil pedazos, la segunda, tratando de unirlos de un modo mejor, desfragmentó los pedazos, así que se rompió aún más, eso si, curó gran parte de las heridas de la primera, y creció, pero pasó de tener un Ego disfuncional a tener un Ego espiritual disfuncional, que durante mucho tiempo sintió funcional, de hecho, paradójicamente lo era; y ambas Glorias entraron finalmente en conflicto por no llegar a ninguna parte.

Llevo todo este 2020 trabajando para unificar mis partes, es un trabajo doloroso a veces, duro, difícil, pero cuando las comprensiones se dan, el perdón, la compasión y el amor que siento desde ese observador que en lo profundo se siente Uno, es indescriptible.

Al inicio de mi renacimiento abracé todas mis partes, sané y liberé muchas cosas, como dice mi querida Yolanda Lucas Bravo, https://www.facebook.com/groups/Mujer.Infinita/?ref=sharedesde mi Yin, desde mi lado femenino, materno y amoroso. Hubo una fase que caminé desde mi Yan, mi parte masculina, hacedora, guerrera que también tuvo logros. Ultimamente estaban mezcladas entre si, conviviendo con mis miedos más arraigados aún no sanados, y con ese orgullo que se despertó con el paso del tiempo al no tener cosecha que recoger a pesar del esfuerzo, provocando en mi un verdadero caos.
En estos momentos por eso, como le he comentado a Yolanda, siento que estoy saliendo del atolladero, que estoy dando un paso más allá. Esto le he dicho:
«Yo estos días he dejado de luchar con mis sombras, he dejado mi orgullo a un lado y me he rendido al amor de nuevo, pero no solo desde el abrazo, sino desde la incondicionalidad, no solo he dejado de rechazarlas, sino que he permitido a mis ‘demonios’, como tu los llamas, Ser, los he escuchado y dejado actuar sin juicio y he podido observar que incluso aunque sintiese que me querían autodestruir, en el fondo tenían una intención positiva para protegerme, algo impensable. Desde la escucha, desde la observación, dejándoles Ser, dándoles las gracias por su intención y también interviniendo y siendo severa en algún momento porque se iban de madre, esas partes han sido conscientes por si mismas, de que en lugar de protegerme me hacían daño. Ha sido un trabajo un tanto complejo, atravesar esa ‘locura’ no es ni agradable ni fácil, pero siento que esta siendo efectivo. Yo trabajé con ellos desde la parte masculina, desde la guerrera, antes lo había hecho desde la femenina, y muchas veces mezcladas, trabajar de este modo siento que ha sido dar un paso más allá, porque al hacer consciente a las partes autosaboteadoras y a las partes autodestructivas de que dañan en vez de proteger y ayudar, he podido sentir el perdón desde ellas, además de su retirada, eso sí, he tenido que integrar su tristeza y vergüenza. Aún queda trabajo de unificación por hacer, empoderarse tiene lo suyo, pero estoy contenta, siento que voy por buen camino.
Añadir que hacer este trabajo desde la elección está eliminando además toda culpa en mi, había generado mucha todo este tiempo al no tener resultados visibles ni paz interna estable.
«

Photo by jasmin chew on Pexels.com

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  1. bello. Y excelente resumen de la sanación y los bloqueos.
    Exigirnos sanar, exigirnos ser perfectas, exigirnos resultados… es bloquear nuestro camino a la conexión con nuestra bella esencia natural.

    Apartar el estrés, las exigencias, dejar a un lado las expectativas y observar nuestras heridas, enviarlas amor y compasión. Basicamente amarnos… ahi esta la verdadera sanación.

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