Llega un nuevo final de ciclo de esta construcción humana que denominamos año; años a veces llenos de condicionamientos porque no somos nuestros años, simplemente somos, solo que creemos que a cierta edad empezamos a envejecer y nuestro cuerpo nos hace caso; recuerdo que al cumplir los 49 un día me tropecé y en mi mente apareció un pensamiento: te haces mayor, yo no lo había pensado pero es una creencia que nos acompaña, así que me dije a mi misma que por tener casi 50 años no era mayor simplemente tenía más experiencias de vida y que esa creencia no era mía, me sucedió dos veces y las dos veces me dije lo mismo; otro día que volví a tropezar, aquel pensamiento ya no vino a mi mente ni nunca más lo ha hecho desde entonces. Soy consciente de que tal vez me sea imposible cambiar todas las programaciones subconscientes grabadas en mi mente y en mi ADN a través de años, siglos y vidas, fruto de mi transgeneracional, de la sociedad, de la historia y de mi alma, pero cada día soy un poco más consciente de ello si me escucho y me observo, así que seguiré estando presente.
Y es cierto que con los años pueden aparecer problemas de salud y también arrugas, pero tengo la esperanza de que algún día seremos capaces de recargar nuestra batería energética y de dejar de acumular y acumular en unos cuerpos que se desgastan por no soltar un pasado caduco que hemos convertido en algo perenne y las cosas serán distintas.
Llega un fin de año en el que ese soltar se hace imprescindible como cada año, ya solté juicios y autojuicios, críticas y autocríticas, exigencias y autoexigencias; este año he seguido soltando miedos, inseguridades, control, culpas, autosaboteo, sobresfuerzo y quejas. Este año también he soltado ‘el elegir’ y lo he cambiado por ‘el preferir’, preferir no da lugar a expectativas que me pueden llevar a la frustración ni a la sensación de fracaso… Y lo último que quiero soltar en estos días es mi necesidad de pedir, de pedir al Universo, de pedir resultados, de pedirme cambios, de pedir amor, de pedir y pedirme; pongo toda la intención y atención en ofrecer, en ofrecer al Universo, en ofrecer resultados, en ofrecer cambios, en ofrecer amor, en ofrecer y ofrecerme.
Llega un nuevo final que da paso a un nuevo principio, aunque al final, valga la redundancia, nada termina y todo termina continuamente, es lo paradójico de la vida y sus Ahoras.
Llega un nuevo final de ciclo de esta construcción humana que denominamos año, años a veces llenos de condicionamientos pero también de oportunidades de Reflexión y de Silencio, donde Ser puede ser camino para llenar esos años de sentido, de celebración, de gozo y de dicha, donde Vivir puede escribirse con mayúsculas porque nuestros momentos son momentos llenos de presencia; y sí, tal vez me sea imposible desprogramar todos mis programas subconscientes, pero voy a vivirlos todos con todo el amor de un corazón que sigue caminando dispuesto y con la vista al frente como siempre.
Felices Fiestas y una salida y entrada de año con mucho Amor para todos.
Fotografía de Cottonbro en Pexels
Fisionaturopatía y Fisioestética
Terapia holística ‘Análisis Quantum’
Terapeuta, Profesora y Entrenadora de Integración Emocional
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Filosofía Experiencial
Investigadora y Escritora del Ser Integral