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LA NOCHE OSCURA (CAP. 29)

La verdad es que este es uno de los momentos más oscuros de mi vida.

Tenía una vida relativamente cómoda, un matrimonio con carencias afectivas pero llevadero dentro de todo, un trabajo familiar donde me ganaba bien la vida, amigos, familia y un hijo precioso al que deseaba cuidar más tiempo.
Dejé la zona de confort siguiendo el despertar de mi corazón y una espiritualidad recién descubierta que me llenó de confianza, esperanza y expectativas.
A día de hoy, 22 años después, soy una persona de más de 50 años, que lleva 11 años sin pareja y sin ningún tipo de relación desde hace un año, con unos hijos mayores que vuelan solos y unos padres que también se hacen mayores, sin amigos presenciales, sin familia cerca, sin un trabajo que me sustente y sin horizonte a la vista.

Cumplí lo que creía mi propósito, escribí un libro de poemas totalmente inspirado, un Canto a la Vida de 52 cantos de ocho versos cada uno, que se fue a la papelera en un concurso con toda la pena de mi corazón, he escrito doce libros que no han tenido eco y material para escribir muchísimos más, y tengo un blog que no lee prácticamente nadie.
Nunca me había preocupado por mi futuro hasta hoy, pero hoy lo veo totalmente negro.

Sentía que llegar al cero era importante, que soltar la mochila del pasado era necesario, ahora me veo sin pasado y sin futuro en un momento presente lleno de cansancio, kilos y años. No quiero pensar que he perdido mi vida, pero una parte de mi lo siente así inevitablemente.

No me siento un fracaso; me siento buena persona y se que he hecho lo máximo para alcanzar mi mejor versión, aunque hoy me sienta bajo las catacumbas del evento, mi amigo Dani lo entiende si lo lee jaja; me siento merecedora de cosas buenas, porque lo mejor es lo que quiero para los demás y para mí siempre; y acepto que si mi momento es así es porque yo lo he creado aunque mi intención no fuese está, no quiero vivir resignada aunque reconozco que mi aceptación está llena de tristeza, de decepción y de miedo. Y bueno, aunque no sirva de nada, estoy contenta por todo lo aprendido en estos más de veinte años y también tengo buenos recuerdos de los caminos y senderos elegidos.

Es un momento oscuro ya no por lo que siento, sino porque no le encuentro sentido, pero estoy segura de que lo tiene, este momento me dice que posiblemente erré mis pasos, que aunque mi intención y mi actitud fuesen positivas seguramente tenían una dirección equivocada, así que me perdono porque creí que hacia lo más favorable para mí y para todos.

Es difícil y duro aceptar esto pero como digo últimamente es importante ver la realidad, y no, hoy no siento esto en una parte de mi, lo siento en el alma y en todo mi Ser. Me apena defraudar a quien me pueda leer, me encantaría tener palabras de aliento, ánimo y motivación, esa ha sido mi idea siempre, pero estas son las que me nacen, y aunque no sean las que me gustaría son totalmente reales y auténticas.

A veces me he preguntado cómo era exactamente la ‘Noche Oscura del Alma’, también me preguntaba si ya la habría pasado porque he sufrido lo indecible a nivel interno, he ido y he vuelto del infierno unas cuantas veces, pero no, hasta hoy no la había vivido, es una noche donde no hay esperanza aunque haya fe, aunque haya amor, aunque haya aceptación, es una noche que frente a ella solo tiene un abismo profundo sin camino ni lianas donde agarrarse; una noche en la que aunque haya tenues sonrisas, es una noche confusa llena de niebla; no me siento depresiva, ni apática, solo cansada, solitaria, aunque sepa que hay personas que me quieren, pérdida y sin nada ni nadie a lo que sujetarme en este vacío.

Lo mejor de esta noche, es que me instala en el presente, en un Ahora sin más, un Ahora lleno de simplicidad más cerca del cero, un Ahora lleno de Ahora… y viéndolo así me pregunto: ¿No es eso lo que quería?

Foto de Joonas kääriäinen en Pexels

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