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CAMPANILLA (CAP. 8)

«¿Que qué pienso? La verdad es que no tengo ganas de pensar… escuchar simplemente a Joe Hisaishi y dejarme envolver por la música celestial que sus manos crean junto al piano y soñar que es posible crear lo divino… me apetece permitirme dejar a un lado el ansia de perfección y no retocar ni una sola de las palabras que hoy salen de las mías, por una vez… sentir, sentirte a ti, quien sea el que está al otro lado de la pantalla y envolverte a la vez que tu me envuelves, ser uno como lo es en definitiva la esencia que nos une, el alma única y maravillosa que sí nos convierte en humanos, esa alma que espera por todos para crear música con nuestras voces unidas que esperan, ellas sí con ansia, un mundo mejor para todos, que no es tarde aún pero empieza a hacerse tarde ya… ¿has pensando alguna vez en lo que te gustaría ser? ¿cuales son tus sueños? no son de mentira, están ahí en tu interior para ser descubiertos… ¿Peter Pan y los niños perdidos? ¡pues claro! ¿es que no te das cuenta de que es tan solo una verdad de lo que somos? niños perdidos que esperamos ser descubiertos por nosotros mismos ¿a que estás esperando para encontrarte? ¿pero es que no lo ves? ¿es que no te sientes? te tienes en la punta de los dedos ¡vamos!!!!!! ¡escúchate! no es tan difícil, solo tienes que pararte un momento, no requiere tanto tiempo, Campanilla tintinea para guiarte… Cree, cree en la magia, no es tan difícil, somos aquello en lo que creemos… creamos aquello en lo que creemos… la magia no solo está en los cuentos… créeme…»

Escribí estas palabras hace 9 años y me extraña no haberlas incluido en ninguno de mis libros porque es una de las cosas que más me gusta de todas las que he escrito, de hecho las he compartido cada vez que Facebook me las recordaba; pero no, así que es todo un placer dejártelas aquí hoy.

Aunque esté duplicando el capítulo, leo mis palabras de nuevo y entiendo porque las he encontrado justo hoy después de sentir a la niña libre del monstruo, ella está impresa en cada línea, en cada palabra… se me nublan los ojos…

Foto de Anastasia Shuraeva en Pexels

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