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SER OCÉANO (CAP. 9)

Hoy es uno de esos días en los que el caos reina sobre todas las cosas, un día en el que honestamente me pregunto ¿desde cuándo no es así? creo que el caos lleva años y años reinando en mi vida aunque me cueste admitirlo.

Hoy es uno de esos días en los que no se ni lo que quiero, un día de esos en los que no me gusta absolutamente nada de lo que la vida me trae, de lo que la vida me ofrece, de lo que la vida tiene para mí y que paradójicamente he creado yo.

Hoy es un día en el que el recuerdo de la vida que supuestamente elegí me cae como una jarra de agua helada porque nada ha salido como había imaginado, un día en el que siento que ya no puedo elegir, tan solo fluir por inercia, un día en el que me ahogo en cada uno de mis pasos sinsentido.

Suspiro… creo que es el único instante de paz en mucho tiempo el que habita este suspiro.

Respiro… mi pecho se hincha llenando mis pulmones de paz de nuevo.

Silencio en mi mente, aunque con reminiscencias de inquietud en mi cuerpo desgastado por la intensidad de lo sentido en estos últimos días que se han hecho eternos.

Oigo el canto de los pájaros al otro lado del cristal de la ventana y me quedo escuchando… las reminiscencias se disuelven en el gozo de la escucha.

Trato de entender lo sucedido pero no entiendo nada, me sentía a punto de explotar y la explosión canalizada a través de la tinta ha aterrizado en una paz inesperada…

Sonrío… llevaba estos seis días teniendo que forzar la sonrisa, generando alegría y reconectando con la felicidad porque no nacían por sí mismas.

¿Qué ocurre? El intento de poner razón en todo esto es vencido por las sensaciones placenteras, a ellas no les importan ni los comos ni los porqués, tan solo ser sentidas.

Al menos necesito respuesta a una pregunta si es posible ¿qué locura he atravesado esta vez?… no hay respuesta pero intuyo algo, siento que estoy sepultando el control… sí, eso creo…

… Y de repente me siento agradecida, ahora entiendo su cometido, el control era necesario; cuando tu alma te rompe en mil pedazos para reconstruirte de nuevo y reina el caos, tener ese caos controlado de algún modo desde la mente es importante, el control toma el timón para no perder la dirección, para no perderte navegando sobre el vasto océano… gracias, siento que ahora ya formó parte del océano y puedo soltarte.

Foto de Michele Raffoni en Pexels

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