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SIENDO HONESTA CON MIS DESEOS (CAP. 14)

En estos días en ‘Nuestro Camino Interior’ hemos estado hablando de deseos y necesidades con una propuesta de Carmen.

Hoy le he estado dado una vuelta de tuerca desde mi sentir, desde como yo soy, así que por supuesto lo que me apetece compartir no es una verdad absoluta sino una reflexión personal.

En el camino espiritual se oye mucho hablar de la importancia de no tener necesidades, deseos, ni apegos y yo he sacado mis propias conclusiones.

No es no necesitar, no es no desear, no es el desapego extremo, el apego es parte del Ser Social que somos. Para mí la cuestión está en ¿desde donde necesitamos? ¿desde donde deseamos? ¿desde donde nos apegamos? Decir que para llegar a mis conclusiones, escuchar a Walter Riso y a Shivagam ha sido clave.

Hay dos caminos, la vida tiene dos caras de la moneda como dice Shivagam siempre; puedo necesitar, desear y apegarme desde el sufrimiento, o puedo necesitar, desear y apegarme desde mi naturaleza humana, desde la que cada uno es en sí mismo; creo en la astrología, creo en la huella que dejan las experiencias vividas y creo en la evolución del alma, así que creo firmemente que cada uno somos un mundo con una naturaleza humana única; aunque crea, como digo muchas veces, que somos iguales en esencia.

En mi camino consciente he logrado trascender mis necesidades, deseos y apegos desde mi parte más esencial, más espiritual, y ello me ha traído la paz suficiente como para sostener a mi personalidad humana, algo que considero era importante.

Con el soporte y la sabiduría de mi yo más espiritual he podido comprender los duros momentos económicos que he vivido y he podido aceptar la ayuda que he recibido, pero la naturaleza orgullosa de mi personalidad necesitaba poder hacerse cargo de mí misma, y conseguir una estabilidad económica me ha dado paz; pude soltar el sufrimiento por mi situación desde mi esencia, pero lograr un trabajo que me permita ser independiente me ha liberado del dolor.

Desde mi personalidad terrena exigente y perfeccionista he logrado aceptar que era importante soltar la obsesión por mi físico y traer la alegría de vuelta a mi vida; con la ayuda de mi yo más profundo conseguí liberarme de mi aislamiento y pude volver a salir sin pensar en mis kilos, incluso volví a tener relaciones sexuales; pero desde mi personalidad jamás podré soltar mi necesidad de cuidarme físicamente y verme lo mejor posible, decir otra cosa sería engañarme y es importante ser honesta conmigo misma.

Ayer le comenté a mi hija mi amargura por no tener pareja, en estos últimos años he aprendido a disfrutar y a estar en paz estando sola, es más, me doy cuenta de que necesito mis espacios en soledad, pero soy persona de relación de pareja y en estos días he sentido mucho sufrimiento al respecto, así que me he enfocado en mi sufrimiento, me he dispuesto a sentirlo y a observarlo y me he dado cuenta de algo importante; he podido ser consciente de que mi amargura no provenía de no tener pareja sino de mi lucha por lograr estar bien por no tenerla, de pelearme conmigo en la búsqueda de no sentir dolor por no tener a alguien con quien compartir todo lo que soy, porque sí hay dolor en ello, me duele y mucho.

Lo mejor de ser honesta conmigo y aceptar mi dolor ha sido que he llegado a la paz interna; reconocer que mi deseo es una necesidad natural que va conmigo me ha ayudado a soltar el sufrimiento; en este momento duele pero no sufro, y de verdad que no es lo mismo, el dolor se centra en lo que es, independientemente del resto de cosas, el sufrimiento lo convierte en obsesión. Hoy puedo sentir dolor por no tener un compañero de camino pero puedo sonreír por el resto de mi vida y eso es maravilloso. Luchar en contra del dolor negaba mi naturaleza más humana y eso hacía que lograse justo el efecto contrario, me llevaba de cabeza a la insatisfacción y a la infelicidad, y me mantenía sumergida en ella.

Curiosamente admitir mi dolor, aceptar mi vulnerabilidad al respecto; además de conectarme con la paz, con la alegría, con la felicidad, con la satisfacción y con la gratitud ante la vida, también me conecta con la esperanza verdadera de que algún día pueda ver cumplido mi deseo de estar apegada desde el amor a un compañero afín a mis necesidades, me siento bien, me siento muy bien de poder sentir esto…

Foto de EDGSTUDIO By: @edwiin_paz en Pexels

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