Skip links

PUES ESO… (CAP. 2)

Son solo las 7.27 a.m. pero el sol me acompaña con colores rosados y luz cálida a través de la ventana.

Creo que hoy escribiré uno de esos capítulos que tanto cuesta escribir pero que tanto recolocan y tan satisfecha me dejan al hacerlo.

Mary Poppins y Son Goku, mis funkos, parecen darme el SÍ desde la mesa del escritorio, los escucho porque lo que voy a escribir tiene mucha relación con ellos. Se que son una pareja curiosa, pero así siento a mi masculino interno (mi energía activa, hacedora) y mi femenino interno (mi energía pasiva, sentidora), una extraña pareja que se complementa perfectamente.

¿Porqué digo que lo que voy a escribir tiene mucho que ver con mis funkos? mejor empiezo por el principio.
Esta mañana he vuelto a despertarme seria, excesivamente seria, y me he preguntado porqué estaba seria, la respuesta ha sido: porque estoy amargada; mi siguiente pregunta ha sido: ¿porqué estoy amargada?, la respuesta ha sido: porqué no tengo tiempo ni para respirar; y así se han ido sucediendo preguntas y respuestas hasta llegar al Quid de la cuestión, la raíz de mi seriedad y amargura. Ahora a ver cómo lo explico jeje.

Escuché una charla muy interesante en la Universitat Aba Oliba CEU de Jordi Amenós ‘¿De dónde vienen las ideas?’, donde nos habla de la ‘narrativa terapéutica’, según Jordi «somos seres narrativos, contamos historias continuamente, a veces, de forma inconsciente«; Jordi nos dice que existe la vida ordinaria y que hay un umbral que nos puede llevar a nosotros mismos, ese umbral es la puerta a nuestro inconsciente; nos comenta que los niños a los que les han contado cuentos, de adultos tienen un idioma para moverse internamente. Nos cuenta Jordi que según Novalis, escritor y filósofo alemán, cuando somos niños, además de enseñarnos ‘lógica’, deberían enseñarnos ‘fantástica’ para poder dignificar nuestra alma creativa; según Jordi, el arte, además de ayudarnos a vivir y a sobrevivir, nos ayuda a atravesar la vida intentando saber quienes somos en este extraño baile, a pintar nuestros colores y a escuchar la música que canta nuestro corazón; explica que en las fabulaciones, mientras no exista sintomatología, reside la semilla para ser adultos con criterio propio que podemos construir nuestra identidad.
https://youtu.be/v_A09Ixecyc

Y bueno, de algún modo eso es lo que hice yo hace 23 años al cruzar ese umbral hacia mí misma cuando me adentré en el silencio de la meditación; inventarme una historia desde mi supraconsciente basada en todo lo que me gustaba de los personajes de mis series y películas favoritas de la infancia, la adolescencia y la juventud, mis grandes referentes; creé una fabulación interior que me creí para poder sobrevivir al atravesar mi sufrimiento.

Y te preguntarás qué tiene que ver todo esto con mi seriedad y mi amargura presentes… pues todo, hoy el sol de la mañana me ha mostrado con total claridad que tuve que contarme un cuento para sanar mis heridas y liberarme de mis condicionamientos mentales, y que después he tenido que reparar los daños de haberme creído mis propias fabulaciones, así que es normal que me sienta como me siento porque la travesía por mi inconsciente ha sido un no parar donde no he tenido tiempo ni para respirar, aunque paradójicamente pararme a respirar es lo que me haya ido salvando; he podido ver claramente que lo que vivo ahora es de algún modo una repetición de lo vivido, una repetición que a su vez es una oportunidad para liberar toda la carga emocional de frustración que no había soltado por las expectativas que tenía puestas en mi historia imaginaria.

Necesité contárme ese cuento en el que era una especie de heroína, que quería salvar la inocencia de los niños, que triunfaría con sus escritos, hoy lo se, pero también era necesario crecer y ver la verdad y aquí estoy al desnudo.

Me doy cuenta de que esto nos ha sucedido a muchos de los niños que sufrimos abusos, también he investigado al respecto y se que se registran muchos casos de brotes psicóticos asociados al abuso sexual y hace poco leí un artículo que hablaba de que una de las consecuencias físicas del trauma de abuso infantil era tener las pulsaciones del corazón muy aceleradas, supongo que el miedo a que te dañen de nuevo está muy incrustado, yo nunca estoy a menos de 85.

Así que doy gracias a mi maestra interior por enseñarme ‘fantástica’ y a mi profe de ‘lógica’ en tercero de BUP porque creo que ha sido el mejor tándem para atravesar mis desiertos y tormentas internas, como dice Jordi, con el mayor equilibrio posible. Ahora ya puedo soltar la seriedad y la amargura, porque soy consciente de que lo que vivo en el presente es solo el fruto de los pasos que he dado hasta ahora, sin sentirme víctima ni de la vida ni de mi vida. Hoy me aplico lo que dijo Rilke, poeta y novelista austríaco, en una entrevista al preguntarle cómo se podía mantener la sensibilidad de un poeta en la primera guerra mundial: «Solo tuve dos opciones, ser poeta o volverme loco».
Pues eso…

«La mayor obra de arte es la que una persona hace consigo misma» José María Doria

Foto de Olga Jiménez García

Compartir

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia web.