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«EL EGOÍSMO» (CAP. 19)

Es tan curioso como transformador ser consciente de que el cuerpo no contempla el egoísmo en absoluto.

Se que hoy va a ser difícil poner en palabras la experiencia vivida con Tere y ‘El punto de vista del Cuerpo’, pero lo revelado, lo sentido merece el intento.

Tere nos propuso un taller para experimentar «El egoísmo» corporalmente y me fui de cabeza, de lo primero que me di cuenta fue de las reacciones que tiene el cuerpo ante ciertos términos, del peso de las palabras en el cuerpo; hay una asociación con las palabras, hay un vínculo de conexión entre palabras y personas que nos pueden afectar incluso habiendo trabajado, sanado y liberado heridas; y eso es algo que nos puede llevar totalmente a la confusión por el mero hecho de creer que algo sigue sin sanar cuando puede estar totalmente curado.
Voy a poner un ejemplo personal muy claro, el ejemplo más claro es mi asociación de la palabra ‘egoismo’ con los hombres, la palabra ‘egoismo’ me condicionaba inconscientemente; solo ser escuchada y/o sentida me llevaba a una reacción de defensa corporal.

Decir que después del taller con Tere se que tengo que seguir liberando vínculos con otros términos que alteran inconscientemente mi organización corporal; sí, queda trabajo pero ahora puedo verlo y ese es un paso tremendamente importante para seguir liberándome.

En el taller hicimos un trabajo con pulmones y manos.
En la primera parte pude observar porque mi pulmón izquierdo tomaba más espacio que el derecho, al que sentí un tanto contraido, pero es que estaba protegiendo al corazón, esa necesidad del corazón ha tenido como consecuencia que mi lado derecho del cuerpo siempre soporte más tensiones y más carga.
Verlo me llevó a una profunda comprensión, el egoísmo del pulmón izquierdo estaba totalmente justificado, la necesidad del corazón era prioritaria.
Decir también que esa reorganización que hizo mi cuerpo en un momento dado, por supervivencia, se puede revertir con trabajo, se puede volver a reorganizar el cuerpo para su mejor funcionamiento, un funcionamiento con menos esfuerzo.
En la segunda parte hicimos un simple ejercicio de apertura de mano, al abrirla lentamente pude ver que que, al contrario que de forma rápida, cada dedo tenía un ritmo, unos abrían más despacio que otros y si intentaba que todos abriesen a la vez se bloqueaba la fluidez de movimiento; al abrir la mano de forma rápida unos dedos tiraban de otros y todos iban a una, no había problema, no había queja, hay dedos que tienen más fuerza que otros, por su tamaño, por su posición tal vez, el caso es que todos abrían en conjunto, aquí la palabra egoísmo perdía toda su fuerza, no tenía cabida; sentirlo me llevo a darme cuenta de que el cuerpo no la contempla.

Ver todo esto me ha hecho ser consciente de que puedo llevar ese sentir al mundo de las relaciones personales, todos somos parte de un alma colectiva y cada persona tiene sus propias fortalezas, así que entiendo mucho mejor que nunca que cada cual tiene sus ritmos y que respetar no solo los del otro, sino los propios ritmos es fundamental para el buen funcionamiento del conjunto.

Hacer el taller con Tere me ha hecho soltar muchos juicios y también culpa.

Me quedo con esta perla de Tere: «El cuerpo resuelve lo que la mente aún no comprende. Y no es magia, es lo natural»

Qué importante es llevar la consciencia al cuerpo…

Tere… no puedo darte las gracias, se quedan muy muy cortas, como tan bien dijo Cora: «Carallo, carallo, carallo, carallo Tere»

Foto de Rüveyda en Pexels

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