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‘MAR EN CALMA’ (CAP. 20)

El otro día sucedió algo, bueno más bien no sucedió.

Te conté que había leído que generalmente las personas que han sufrido abusos en la infancia viven con el pulso acelerado y que ese era mi caso hasta hace unos meses, que mi pulso se había normalizado después de llevar un tiempo haciendo clases de Yoga Orgánico y sesiones con Tere; y sigue regulado, pero mi cuerpo ha dado un paso más hacia la salud.

Últimamente he estado haciendo sesiones con Tere de forma más continúa y eso me ha llevado a soltar mucha inseguridad que tenía incrustada en mi biología, esto unido al trabajo de objetivos diarios que estoy haciendo con Tanit y Lorena de ‘La era de la Intuición’, donde trabajo con mi parte más resistente afianzando mi voluntad, me ha llevado a estar más segura de mí y en mí misma y me ha traído un gran regalo.

Había logrado recomponerme de un ataque de ansiedad, de esos que parece que te va a dar un infarto del dolor de pecho tan grande que tienes, acompañado de un fuerte dolor de mandíbula y costillas, en muy poco tiempo, pero en esta semana he tenido dos momentos puntuales de mucho estrés y mi cuerpo no ha reaccionado, ha estado absolutamente tranquilo, mi mar emocional se ha mantenido en calma en pleno pico de estrés, y bueno, más allá de ser un regalo lo considero un éxito.

Lo sembrado comienza a dar grandes frutos.

Foto de Ilyasick Photo en Pexels

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