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EROS, PHILIA, ÁGAPE Y STORGÉ (CAP. 7)

Han pasado 30 años, este mes se cumplen y sigo viendo el mismo amor en sus miradas, en sus abrazos. Me tiembla el mentón y se me nublan los ojos. Ellos son el ejemplo del amor verdadero, ese que nace con una chispa y se sostiene a través del tiempo edificado ladrillo a ladrillo.

Ellos lo tienen, así que sin duda es posible, lo tienen porque lo sintieron, se atrevieron a pesar de los obstáculos, eran demasiado jóvenes decían los demás, pero han demostrado que ni el corazón, ni el alma se equivoca cuando la física, la química, la intencion, la lealtad y la responsabilidad funcionan, pero sobre todo, cuando el Amor con mayúsculas está presente.

Su Amor ha atravesado viento y mareas, en 30 años suceden muchas cosas, pero siempre han salido fortalecidos de cada una de ellas porque siempre las han enfrentado juntos. Son fruto del amor merecido, porque lo riegan a diario de forma mutua y en reciprocidad. El suyo es un amor donde la balanza tiene equilibrio, donde ningún lado pesa más.

Eros, Philia (amistad), Ágape (cariño y cuidado) y Storgé (compromiso) son cuatro invitados que siempre tienen presencia en su aventura en la tierra. Para los griegos el suyo es el tipo de amor que une las cuatro frecuencias en las que vibra un mismo sentimiento.

Gracias por ser parte de mi vida, por llenar mi corazón en todos los sentidos, gracias por vuestra historia. Gracias por regalar esperanza hoy y todos los años que restan. Os quiero ayer y mañana, gracias por vuestro amor creado y elegido, nada mejor… es el más bonito.

Aún en la oscuridad, la pureza del bello amor se refleja en el blanco de su aura, que como el mar, se torna luminiscente…

Fotografía de Cris Martín
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