Skip links

¿Y MI DULZURA? (CAP. 14)

Observando el paisaje me doy cuenta de que falta algo importante ¿donde se ha escondido mi dulzura? asociaba mi seriedad con mi falta de alegría, pero ahora que la siento de la mano de la gratitud, muchas veces sigo estando sería, cuando estoy sola, cuando me despierto…
Conecto con ella a través de los demás, sobre todo al mirar a los niños; también al cultivar mi sonrisa mi dulzura se ha mantenido presente de algún modo hacia fuera, y el otro día precisamente, Joaquín un amigo del Sing al que le tengo un cariño enorme, me dijo que había cantado con mucha pasión y dulzura, y es cierto, yo me la escucho cuando me oigo cantar, pero ¿y hacia dentro?

Recuerdo que un compañero de la meditación de Lenka comentó que le gustaría sentir hacia sí mismo el amor que le despertaba su ser amado, pero que no podía sentirlo, pues creo que lo mismo me sucede a mí con la dulzura, hacía mi misma hay más dureza que ternura y eso es mi seriedad, ya se donde nace mi sed de dulces, cual es el detonante de mi principio de diabetes, pero ¿cual es la raíz de todo esto? Se lo pregunto a mi corazón y siento una sonrisa profunda y dulce que me hace entender aunque no con la cabeza.
La autoexigencia, el estrés, la impaciencia y la insatisfacción sin duda nos alejan de la dulzura. Recuerdo sentirla en su totalidad, incluyéndome a mi, en ‘mi despertar’ y doy gracias por no haberla perdido del todo, poder sentirla por los demás ayuda a volver a reconectarla interiormente; además de que nadie tiene la culpa de mis andanzas internas, me alegro de no salpicar con mi amargura al resto, bueno siendo honesta, a Noa alguna vez jeje.

Hoy he visto un vídeo al respecto https://youtu.be/f1ymhwgxJbw, es importante poner remedio cuanto antes, muy agradecida por la maravillosa charla y meditación de Rosana Rosano, en el canal de Brahma Kumaris San José de Bavaria, acerca de la dulzura del alma.

Leo esto que me recuerda Facebook y que escribí justo un día como hoy hace 4 años y me emociono: «Baila, aunque la vida a veces queme, aunque el viento sople y las olas arrasen tu orilla. Baila, despéinate, suelta tus miedos, pinta tus labios de rojo y brinda por cada uno de tus días, en cada uno de ellos se esconde un regalo. Apasiónate por el simple hecho de ser quien eres y por el gran milagro de estar vivo. Como dicen, las mejores cosas revuelven tus cabellos; baila, corre, salta, zambullete en el agua, haz el amor, juega… que la magia te acompañe siempre y siempre lleves una sonrisa de la mano.»

Foto de Karolina Grabowska en Pexels
Compartir

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia web.