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MARIPOSAS EN LA NIEBLA (CAP. 11)

Somos muchos, y cada vez más, los que un día emprendimos el camino consciente.
La Generación Mariposa, como yo la llamo, es una generación hija del trabajo duro y nieta de la guerra; una generación madre de la tecnología, la información y la comunicación, todo ello imprescindible para dar un salto evolutivo lleno de transformación para el ser humano.

Respiro… después de tanta intensidad y dramatismo me he quedado en blanco jeje, como digo muchas veces me estoy volviendo demasiado seria jaja.

Me doy cuenta de que ser más consciente no significa no tener condicionamientos, me doy cuenta que aún caminando en la apertura y en la espiritualidad se siguen generando creencias limitantes, la línea de un lado a otro es muy fina.
He oído: no te desesperes por tener pareja porque desde ahí no lo vas a lograr, y yo he visto las parejas más maravillosas unidas en momentos de desesperación por tener una; he escuchado: si estás bien dentro, atraes lo mejor fuera, yo veo cada día y me incluyo, personas que se trabajan interiormente y llevan años y años solas, y hombres y mujeres que han roto parejas porque solo pensaban en sí mismas y han dando un giro a sus vidas por amar y amarse sin profundizar tanto; veo voluntad de crecimiento, esperanza en el futuro, generosidad, veo evolución, veo inclusión… pero también veo interés, exceso de sacrificio, individualidad, frustración y separación.

Todo esto me dice algo, y me lo pregunto a mi misma ¿no será que tal vez me he centrado en lograr y no en simplemente vivir?… esto no quiere decir que lo aprendido, lo resuelto, lo sanado, lo liberado a nivel consciente no sea cierto y necesario, estoy convencida de que es fundamental introducir la espiritualidad y una mayor consciencia en lo cotidiano, pero a veces creo que sintiéndome gusano tenía más claridad y ahora camino entre la niebla y no soy capaz de desplegar las alas porque en el fondo sigo teniendo miedo a vivir y pongo enfoque en el éxito, que muchas veces, como sabiamente dice Marwan, es tan solo anestesia ante el dolor, en lugar de aterrizar en el presente que es el único lugar donde puedo y he podido volar siempre.

En el Ahora no hay normas, y no estoy negando el civismo, no me refiero a ese tipo de normas; no hay condicionamientos, ni creencias; solo hay sensaciones, certeza y presencia, es ese lugar en el que habitan los niños y ellos vuelan y vuelan alto hasta que los adultos comenzamos a recortar sus alas incluso en este tiempo justificados por dicha espiritualidad.

Y sí, vuelvo a ponerme seria, es una reprimenda cariñosa para ayudar a crecer a esa parte de mi niña herida que nunca creció, como también dice Marwan, y que revuelve mi mente desde un caos que, ese sí, es innecesario.

Soy hija del trabajo duro y nieta de la guerra y quiero ser madre del Amor, la Paz y la Libertad Aquí y Ahora.

Fotografía de Javier Herrera

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