Hoy se me ha revelado qué lleva a una persona a ser seca, a ser fría, a parecer impasible… a volverse de hierro.
Cuando las decepciones pesan tanto en el cuerpo que el amor empieza a esfumarse del corazón se abre espacio al odio, uno de los venenos de la existencia según Shivagam, cuando se traspasa la línea de lo que nos irrita se abre la barrera que lo deja entrar y además es acumulativo, la coraza de hierro no solo se forja para no sufrir más sino para no sentir odio, hoy puedo entenderlo.
El odio tiene grados, un estado de molestia es el inicio y ahí podemos pararlo si nos paramos, valga la redundancia, si ponemos consciencia y nos observamos podemos hacer alquimia y en lugar de que el veneno recorra nuestras venas podemos transformar esa decepción, que se ha convertido en odio al no ser escuchada e integrada, en gratitud y alegría por el simple hecho de cuidar nuestro sentir.
El odio es el que te saca de ti mismo, el que te aleja de tu esencia, es aquel que gota a gota mata el alma y te convierte en un animal herido de muerte, así que poner frío, transformarte en hierro es un modo de poder seguir vivo aunque tú corazón se olvide de sonreír un poco más cada día.
¿Tu maestra interna lo sabe bien verdad cariño? siempre te he dicho que eres increíble y Tik Tok te salva del crudo invierno, que gran sabia eres…
Sonríe, agradece, canta, baila, se creativo, ríe a carcajadas, haz cosas que te conecten con la alegría si estás pasando por momentos difíciles, solo así lograrás mantenerte siempre en ti.
Conecta con la alegría conscientemente y también abraza, no sueltes la ternura de la ecuación de tu vida, la dulzura también alimenta el alma, no solo necesitamos un alma vital, energética, que nos mueva, el corazón necesita un alma contenta para ser felices.
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Fisionaturopatía y Fisioestética
Terapia holística ‘Análisis Quantum’
Terapeuta, Profesora y Entrenadora de Integración Emocional
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Investigadora y Escritora del Ser Integral