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ESCUCHANDO MI VOZ (CAP. 7)

Nuevo día de experimentación y noche de revelaciones, la mañana ha estado llena de liberación.

Ayer hice un taller con Nuria Inglada Cardona, docente de ‘El punto de vista del Cuerpo’ y mi voz; una voz que todavía guardaba muchas cosas no dichas.

¿Cual es la relación con mi voz? Esa fue la primera pregunta del taller y la respuesta fue sorprendente ¿tengo una relación de tristeza con mi voz? Pensé que con todo el trabajo interno hecho, la tristeza de mi voz había desaparecido, de hecho como ya te comenté mi voz ya no es nasal desde hace años, algo que yo asocio con la tristeza profunda, pero vi que aunque hubiese liberado mi nariz, mi cuerpo estaba lleno de bloqueos, de hecho al escuchar la resonancia del sonido interiormente, el lado derecho de mi cuerpo no vibraba  y eso coincide con lo que ve mi osteópata siempre y con las tensiones que encuentro en las clases de ‘El punto de vista del cuerpo’, también veo la relación con mi hemisferio izquierdo, que es el que rige el lado derecho del cuerpo, así que el control no solo tensa mi lado derecho sino que no le permite cantar.

En el taller un compañero nos comentó algo muy enternecedor, vive con su madre de 94 años, y nos dijo que sin duda ahora veía el ‘Ay’ continuo de su madre desde otro lugar, ese ‘Ay’ era la expresión callada de su voz por mucho tiempo, le agradezco mucho que nos lo contase, es absolutamente revelador.

Hoy he vivido el ‘Ay’ en mí misma a pesar de tener cuarenta años menos, me he despertado con ganas de abrir la boca y escuchar mi voz corporalmente y había muchos ‘Ay’, mi cuerpo estaba lleno de lamentos que me he permitido expresar, ahora me siento agotada pero contenta.

Curiosamente la ‘a’ y la ‘i’ son las vocales que causalmente y no digo ‘casualmente’, se expresan en el pecho y en la cabeza, el corazón y la mente… creo que sobran las palabras.

He seguido trabajando con la voz a lo largo de la mañana, cada vez que observaba una incomodidad, y al permitirme expresiones de sonido acompañadas de movimiento y gestualidad corporal, creo que he entendido más que nunca el síndrome de Tourette.

«El síndrome de Tourette (ST) es una afección del sistema nervioso. El ST causa que las personas tengan “tics”. Los “tics” son espasmos, movimientos o sonidos repentinos que las personas hacen en forma repetida y que no pueden controlar voluntariamente» https://www.cdc.gov/spanish/index.html

Hoy, sin duda, también entiendo más que nunca la importancia de los mantras, estoy convencida de que liberan nuestra voz y elevan su frecuencia.

Ahora me viene a la memoria cuando hacía masajes, a veces mis pacientes se quejaban si les dolía en algún momento y algunos me pedían disculpas, recuerdo decirles que todo lo contrario, que si dolía dolía y que lo expresasen, que muchas veces callamos lo que duele y que la terapia también estaba para quejarse si había dolor, mi intuición no se equivocaba y me alegro mucho.

Ayer en la clase después de permitir a mi voz ‘Ser’, mi voz se sentía libre, todo mi cuerpo quería cantar, mis distintas partes se peleaban por cantar; de sentir al inicio impotencia porque no podía expresarme, no me salía ningún sonido; de escucharla, después de mucho esfuerzo, sonar como un viento callado que soplaba en un desierto; de sentir que me silenciaba rindiéndome por no sentirme escuchada; de sentir que frenaba la expresión una y otra vez para empezar de nuevo a cantar con la intención de ser perfecta; de sentir todo eso pase a la carcajada, cuando perdí la vergüenza de escucharme a mí misma sin expectativa, algo se detonó en mí y produjo una explosión de risa increíble, no podía parar de reír, en un momento dado sentí que mi risa rozaba la locura y eso fue lo más liberador de todo, se lo agradezco a Nuria en el alma.

Al terminar el taller mi voz estaba feliz y recuerdo que me dijo: ¿te sentías triste porque creías que nadie me escuchaba? ya era hora de que me escuchases tú.

Foto de George Milton en Pexels

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