Skip links

TEJIDO GRASO (CAP. 20)

¿Por dónde empiezo? acumular tanto que decir es lo que tiene, pero me había tomado un descanso para poner todo el foco en la simple experiencia sin más pretensión que la de sentir, pero lo que sentí ayer no puedo silenciarlo.

Ayer hice un taller con Tere ‘Dolor y tejido graso’. ‘El punto de vista del cuerpo’ es una fuente de autodescubrimiento infinita.
https://elpuntodevistadelcuerpo.com/agenda-tecnicas-somaticas/
Trabajamos con el tejido adiposo y el dolor que se encierra en él; ayer pude entender porqué incluso después de hacer un ayuno digestivo prolongado y controlado de seis días solo perdí dos kilos al final, el agua no puede irse si la grasa no está contemplada por el sistema nervioso, el cuerpo no es tan imprudente; por supuesto de grasa no perdí nada, si la grasa es invisible es como si no existiera, y si no existe tampoco se puede eliminar, además de que tampoco se pueden aprovechar sus beneficios energéticos como nos contó Tere.

Decir que el ayuno me ayudó a sentir que sin comer sólido tenía más fuerza y más energía en mi cuerpo sin pasar absolutamente nada de hambre; que mejoró el estado de mi piel, corrigió la deshidratación y eliminó los granitos; decir también que tengo la tensión estable desde que lo hice hace ya dos semanas y que he dejado de tomar las pastillas aunque me la sigo revisando; decir que también se estabilizó mi glucosa aunque tengo que seguir trabajando en la alimentación porque si me paso en la ingesta de azúcares se dispara.
Javier García Gaitán y Ayunarte son absolutamente recomendables si en algún momento te resuena; muy agradecida Javi.
https://www.ayunarte.com/

¿Y que significa que mi grasa era invisible? Significa que como le dije ayer a Tere, si estoy aprendiendo a ser cuerpo, ayer pude sentir que mi grasa también podía sentirse cuerpo, pudo saberse parte por fin; lloré mucho al hacer esta comprensión, la he estado rechazando demasiado tiempo; lo paradójico es que cuanto más invisible se sentía, más presente estaba. Ayer también pude sentir como la asfixia que sentía por mi tejido graso se transformaba en lo que sucedía en realidad, él no me asfixiaba, yo, desde mi mente, desde mi no aceptación, lo asfixiaba a él.

Hace muchos años hice un trabajo de gratitud y perdón con cada una de las partes de mi cuerpo y aquello me ayudó a conectarme más con él, ayer tocó integrar la tristeza por la no aceptación de mi tejido graso y respirar gratitud, compasión y perdón; todo lo que está en mí es parte de mí, todo lo que está en mí tiene una función, tiene un propósito, tiene un sentido aunque yo no pueda verlo, negarlo solo me aleja más y más de mí; aceptar la razón de ser de cada una de mis partes, incluso físicamente, y darle su espacio, es completitud de mí misma.

Hace muchos años sentí que la grasa del cuerpo tenía una función importante, cuando vives estresado en exceso, cuando vives quemado, evaporas el agua de tu cuerpo y la grasa tiene que hacerse cargo de cubrir tus órganos para que no se oxiden, es cuestión de supervivencia; al poder gestionar mi estrés logré reducir la grasa de mis órganos, mi hígado dejó de estar graso hace tiempo, el cardo mariano, la alcachofa y el diente de león me ayudaron a conseguirlo; me lo confirmó mi osteópata, la Quantum y las analíticas del médico, no tengo grasa visceral en exceso; pero la grasa localizada, sobre todo en mi abdomen seguía ahí, acepté mi grasa visceral y pude eliminarla, pero no puedes eliminar aquello que te niegas a ver. Tere Puig te lo cuenta en ‘Dolor y tejido graso’ como solo ella, Ivet Compañó y ‘El punto de vista del Cuerpo’ saben hacerlo. Infinitas gracias, poder sentir el amor que sentí ayer hacia mi tejido graso no tiene precio.

Foto de Tamanna Rumee en Pexels

Compartir

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia web.