Ayer Rusia atacó Ucrania y yo me pregunto que lleva a un hombre a hacer lo que está haciendo Vladímir Putin, así que me voy a su pasado a echar un ojo y ya de inicio lo veo en sus ojos adolescentes.
Sus dos hermanos mayores murieron y supongo que su sufrimiento interior no está resuelto, no ya el que pudiese reprimir él, de hecho no conoció a ninguno, sino el heredado de sus padres que también le pudo afectar si ellos no lo sanaron. También supongo que sus padres lo amaron muchísimo y lo mimaron y consintieron todo lo que pudieron, como haría posiblemente cualquier padre que pierde a sus hijos; ese amor incondicional recibido le ayudó a creer en sí mismo y a estar donde está, en un poder mal entendido. El orgullo y la rabia negados se comen la tristeza, y ese orgullo y esa rabia y el poder juntos son un peligro.
Si a eso le sumas vivir hacinado en un apartamento comunal, se une la necesidad de territorio propio. Yo lo veo claro aunque solo son divagaciones mías lo se, pero para mí tiene sentido; y más en un tiempo donde las Cajas de Pandora se abren y las heridas inconscientes se destapan sí o sí; queramos o no las mochilas se están abriendo porque los corazones quieren sanar, sin curación no hay evolución y despertar a lo que hay es lo que nos toca. Y como bien puntualiza mi compañera y Psicóloga Cristina Calle Guisado, comprender no es justificar, pero nos ayuda a ver más allá del juicio; estoy totalmente de acuerdo, comprenderlo no lo justifica, al final las acciones son decisión propia, por muchas heridas que podamos tener nuestra voluntad es elegida, pero me ayuda a entender al ser humano desde una perspectiva más profunda.
Esto me lleva de nuevo a lo que siempre digo, la educación emocional es urgente, niños heridos en el poder difícilmente pueden llevar al mundo por el camino de paz que la mayoría anhelamos, y no lo digo sólo por él.
Carmen al leerlo me ha comentado algo que me parece fundamental: «Interesante mirada, empatía más allá de las diferencias.
En cuantos adultos, por no decir todos, el niño herido toma decisiones sin percatarse de que es otro momento ¡Y qué importante sanar las heridas de la infancia!
A veces pienso cuánto tiempo y energía dedicados a esta cuestión, y sin embargo, me doy cuenta que si a la hora de la partida mi niña y yo somos una en paz, habrá sido un tiempo muy bien aprovechado.»
Sabias palabras Carmen, toda la razón, solo por esa paz ya vale la pena todo el trabajo interno hecho, gracias por ayudarme a verlo aún más claro, ese es el mejor resultado y el mayor éxito que podemos tener cuando nos responsabilizamos de nosotros mismos.
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Terapeuta, Profesora y Entrenadora de Integración Emocional
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Investigadora y Escritora del Ser Integral