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ELLA Y SU SONRISA (CAP. 4)

Ella y su sonrisa.
Ella y sus grandes ojos llenos de amor.
Ella y ese manantial brotando desde su pecho.
Ella tan ella.
Siempre bella.
Siempre hermosa.
Siempre llena de vida.

Gracias por ayudarme a desdramatizar mi historia.
Gracias por ayudarme a dejar de sentirme victima en una parte de mi alma porque hasta ella llegaba mi dolor.
Gracias por tu fortaleza llena de corazón y de bondad.
Gracias Irene por permitirme ese abrazo infinito que siempre quise darte, doy gracias al cielo por el regalo y el honor de coincidir en esta vida.

Tú y tú sonrisa
Tú y tus ojos llenos de amor
Tú y ese manantial brotando desde tu pecho.
Tú tan bella.
Tú tan hermosa.
Tú tan llena de vida.
Tú tan tú.

Y gracias Diego por traernos este pasaje en el que Don Quijote le dice a Sancho: “Sábete, Sancho, que todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien esté ya cerca»

Foto de Olga Jiménez García

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