Llegar a la máxima profundidad es realmente alcanzar la primera profundidad que fue alterada, la biología de nuestro cuerpo, el terreno corporal.
Dicen que no somos seres terrenos viviendo una experiencia espiritual, sino seres espirituales viviendo una experiencia terrena, hoy lo veo de otro modo, desde otra perspectiva, hoy para mí ambas afirmaciones tienen verdad, hoy lo paradójico vuelve a tener sentido.
He estado dándole vueltas a cómo explicar la dualidad que comentaba el otro día, no es fácil ponerlo en palabras, pero lo voy a intentar.
Por supuesto creo en el alma, creo en el plan del alma y creo en la decisión del alma de vivir una experiencia terrena, pero también creo en esa parte animal que encarnamos para poder vivirla; no creo que el alma aterricé en un cuerpo vacío sin más, creo que cada cuerpo tiene su propia naturaleza animal, tiene un carácter propio que recibe al alma en cada experiencia vital y lleva consigo el espíritu de la Tierra; así que para mí somos alma y espíritu al tiempo, aunque podemos desconectarnos de ambos si nos dormimos a quienes realmente somos; el alma se puede esfumar si nos desconectamos de nuestra esencia y el cuerpo se puede quedar sin la vitalidad del espíritu si perdemos la conexión con nuestra naturaleza terrena.
Sol Ahimsa nos habla del triple sistema corazón, escribí sobre ello hace un tiempo; en aquel momento lo veía como que tenemos una parte conectada a la parte individual que necesita sobrevivir y a las heridas del subconsciente; otra conectada al Universo y al supraconsciente, que es más altruista; y el yo presente que es quien libra las batallas por las contradicciones que pueden generarse en nosotros. Hoy lo veo de una forma más afinada tal vez: sigo viendo la parte individual que necesita sobrevivir, pero no solamente como la parte del corazón conectada a nuestro subconsciente y a nuestras heridas, sino como una parte del corazón conectada al animal que somos, tanto en lo consciente como en lo subconsciente; veo también la parte esencial altruista que es consciente de que energéticamente todos y todo somos uno y que para evolucionar vamos de la mano y que sabe de la importancia de tener en cuenta su naturaleza animal porque con esa parte también es uno; y me veo a mí aquí y ahora en presencia, como observadora de todo el paisaje interno, como mediadora y reorganizadora de todo y como responsable de todo aquello que pienso, siento, digo y hago desde la voluntad, entendiendo que a veces, cada vez menos, podré pensar, sentir, decir y hacer reactivamente, pero con la intención puesta en conseguir lograr dejar de hacerlo y abrazando la posibilidad de no lograrlo y de aceptar los posos de la existencia de nuestro Ser.
Y ahora después de tanta seriedad al intentar explicarlo bien, me he quedado en blanco jaja, tal vez por hoy sea suficiente.
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Fisionaturopatía y Fisioestética
Terapia holística ‘Análisis Quantum’
Terapeuta, Profesora y Entrenadora de Integración Emocional
Conciencia y consciencia
Filosofía Experiencial
Investigadora y Escritora del Ser Integral