VACÍOS Y VACÍOS (CAP. 6)

¿Y qué queda cuando parece no quedar nada? Queda todo realmente.

¿Qué sucede cuando te despejas del traje de un ego condicionado y te vistes de nada? Sí, hay una sensación de vacío, pero es un vacío esperando ser llenado, un vacío muy distinto al vacío que nos llenó de condiciones.

Hoy prefiero llamar al ego disfuncional, ego condicionado, porque muchísimos egos condicionados han sido muy funcionales y sería muy injusto ponerles esa etiqueta.

¿Cómo es el vacío que nos llenó de condiciones? Es un vacío que se abre espacio a través de la carencia o de la creencia de que careces y no permite ver el amor que escondes.

¿Cómo es el vacío que puede ser llenado? Es un vacío en blanco al igual que un lienzo que espera por ti, que depende de ti, de tus actitudes, de tus pasos conscientes y ya libres de ataduras.

¿Y qué ocurre cuando todas las máscaras se caen? Hay un vértigo necesario, una mezcla entre las dos líneas de tiempo que simplemente necesita ser respetado y respirado en total confianza y calma aunque se asemeje a la locura, el ego esencial natural no está dirigido por una mente condicionada por el miedo que necesita controlarlo todo, el ego esencial natural está conectado a la naturaleza de tu espíritu y a la esencia del universo a través del corazón.

¿Y qué queda cuando no parece quedar nada? Queda lo que tú empieces a co-crear unido a la magia de la vida que todo lo es en el campo de posibilidades infinitas.

¿Y cuál es el camino para llegar a la nada? Eso es lo mejor de todo, el ego condicionado desea a toda costa ser libre y que todo sea como él quiere, en eso el ego esencial natural está totalmente de acuerdo, eso sí las leyes de la naturaleza y de la esencia no operan igual que las leyes humanas y el camino posiblemente sea muy distinto al que la mente condicionada piensa. La otra buena noticia es que cada camino de baldosas amarillas para llegar a Ciudad Esmeralda está trazado en el interior de cada uno y solo uno mismo puede acceder a él; sin duda hallar la Ciudad Esmeralda que habita en cada corazón es el mejor regalo para un aventurero.

Vaciando vacíos para llenar vacíos…

Foto de Miguel Á. Padriñán en Pexels