Son las 6 de la mañana y la temperatura casi alcanza los 30 grados, lo peor de todo es que no corre el aire y dentro de casa es muy difícil dormir, al menos para mí, así que he salido al patio y aquí puedo respirar porque me estaba ahogando.
Dicen que el 2033 es el año del salto cuántico definitivo, hasta entonces supongo que todo irá cambiando y las personas seguiremos siendo presionadas, por nuestra misma necesidad evolutiva, para alcanzar el ser humano elevado que somos realmente; lo que más tristeza me produce es que toda esta transformación también afecta a las demás especies, pero la Tierra sabe lo que hace y todo es parte del plan divino.
No sé muy bien que estoy escribiendo hoy, ni porqué, ni para qué, pero me he despertado con ganas de vomitar y todo me ha llevado al blanco, que es como suelo llamar al papel, aunque últimamente sea el blanco de una pantalla.
Transespecie… con esa palabra me he levantado de la cama y me vuelve a venir a la cabeza, no la había oído nunca hasta el otro día, aunque hace unos meses sí oí que había una manifestación de personas que decían que se sentían perros. El caso es que investigué un poco y hay muchísimas personas que se sienten más animales que humanos y se ha creado un nuevo subgénero llamado transespecie. Además de ver qué muchas personas se hacen cirugías para tener rasgos animales, leí la historia de un hombre que se gastó una fortuna para verse como un collie y vi un vídeo de un hombre que se cree un cachorro de dálmata y vive caracterizado como tal, por ejemplo, y me parece algo sorprendente pero de algún modo me siento identificada, porque aunque yo me siento humana, se que en cierto modo he ido adoptando características de arquetipos animales para poder sobrevivir en los últimos años; es algo que parece tan surrealista que ni siquiera me había atrevido a escribir sobre ello hasta que me he enterado de lo de la transespecie.
A pesar de mi sobrepeso estos últimos años he sentido que estaba saludable orgánicamente, además en mi máquina Quantum siempre tengo los minerales absolutamente perfectos, pero la hiperglucemia y la hipertensión ya me estaban preocupando, y un día, no hace tanto, se me reveló que en mi gran conexión con la naturaleza había podido acogerme a varios arquetipos animales para poder tener fuerza y energía para lograr mi transformación interna; hace unos años ya escribí que la fuerza del oso me había ayudado, pero está vez lo sentí distinto, ya no era solo una característica que adoptase mi cuerpo energético, sino que dichos arquetipos habían trascendido corporalmente y me había convertido en una mezcla, que incluye animales de mucho peso, para poder sobrevivir y seguir adelante en mi camino hacia dicha transformación, que no es otra cosa que la liberación de condicionamientos en todos los planos de mi ser, me acordé de las quimeras jeje; y se que es de locos, pero la certeza que yo sentí me ayudó a quitarme una carga muy pesada de miedo a enfermar, aunque ahora que soy consciente se que tiene que ser algo temporal, sino mi cuerpo no lo va a soportar.
En mi caso supongo que soy tan consciente de todo mi proceso, que no he mezclado mi sentir y aunque haya necesitado adquirir ciertas cualidades de otros animales, porque reconozco como ya he comentado en alguna ocasión mi naturaleza animal, nunca he dejado de sentirme persona, ni siquiera me lo había planteado, lo cual es fundamental para mí porque no he perdido mi eje, y es que, aunque por supuesto no hay juicio ante quien se sienta identificado con la transespecie, intuyo que hay muchas cosas inconscientes detrás de esa identificación.
Todo esto me lleva a pensar inevitablemente en varias culturas en las que sus dioses tienen características animales como la egipcia, la hinduista o la azteca y también a entender porque los parkouristas tienen movimientos exactos a animales sumamente ágiles.
Los pájaros se han puesto a cantar muy fuerte y a sobrevolar por encima de mi cabeza, no sé qué mensaje me traen, pero ahora que he percibido su canto el volumen ha bajado.
Creo que cuando se dice que alguien es por ejemplo, una rata, una comadreja, una víbora, un zorro, un lobo solitario, etc, tal vez no esté tan desencaminado… Y ¿de locos? tal vez no tanto. Al igual que el Universo, la Naturaleza también vive en nosotros.
Foto de Alejandro De Roa en Pexels
Fisionaturopatía y Fisioestética
Terapia holística ‘Análisis Quantum’
Terapeuta, Profesora y Entrenadora de Integración Emocional
Conciencia y consciencia
Filosofía Experiencial
Investigadora y Escritora del Ser Integral